Es la formación de un coágulo de sangre dentro de un vaso, causando obstrucción del flujo sanguíneo imposibilitando el suministro de oxígeno a los tejidos posterior al sitio de obstrucción lo que causa infarto del tejido con necrosis si no se restituye el flujo de sangre en el caso de las trombosis arteriales, y aumento de la presión de retorno del flujo sanguíneo en caso de venas pudiendo llegar a causar gangrena venosa.
Las causas de trombosis puede estar asociadas a lesiones en la pared del vaso bien sea por lesión traumática o por daño estructural por aterosclerosis (engrosamiento y endurecimiento de la pared del vaso por acúmulos de grasas) que pueden desencadenar la cascada de coagulación. O por problemas propios de la sangre que aumenten su viscosidad como son la hiperlipidemia (lípidos, colesterol o triglicéridos altos) o hiperglucemia (azúcar alta). Además de la disminución de la velocidad de flujo de sangre, que puede ser producida por el estado de reposo prolongado (pacientes encamados) o por problemas cardíacos.
Todo lo que cause un desequilibrio entre «un vaso estructuralmente sano no adherente, un flujo de sangre ideal y una viscosidad sanguínea óptima» nos lleva a correr el riesgo de trombosis o tromboembolismo.
